SEGURIDAD INTEGRAL/ Las mil caras de la extorsión

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Por Arturo Ortiz, CEO de CIPI Proteccion, empresa de capacitación en seguridad integral
La extorsión, junto con el asalto y el robo, conforma los tres delitos más recurrentes contra el comercio en México.
Se calcula que el 8.5% de los empresarios fue víctima de extorsión o cobro por derecho de piso, lo que significa una disminución de 3.4 puntos porcentuales respecto al año anterior. Y aunque el 91.5% dijo no haber sufrido este ilícito, se multiplican las maneras de perpetrarlo. De ahí que coloquialmente se asegure que es el delito de las mil caras.
Pero ¿qué datos concretos tenemos sobre la extorsión en México?
En el 66% de los casos de extorsión documentados, lo perpetra una persona sola, mientras el 14.9% son víctimas de extorsión por parte de alguna autoridad y el 12.8% identificó que el acto fue realizado por personas que pertenecen a una banda delincuencial.
El mayor número de extorsiones se cometen de manera presencial (44.7%), vía telefónica (40.4%) y por medios electrónicos (12.8%).
El 75.3% de las extorsiones representó una pérdida en efectivo mientras 19.8% manifestó que el móvil de las extorsiones fue en activos, en 3.7% de los casos la pérdida fue dual: en efectivo y mercancía.
En el 19.1 % de los casos documentados se perdió un monto menor a 1,000 pesos, el 38.3 % el monto osciló entre 1,001 a $5,000 pesos mientras el 14.9% realizó pagos entre 5,000 a 10,000 pesos y el 23.4% pagó montos mayores a los $10,000 pesos.
Por otra parte, la frecuencia de pago por extorsión o cobro por derecho de piso, en el 36.2% fue requerido de manera esporádica, 31.9% ocurrió de manera mensual y 10.6% semanal.
En la Ciudad de México, la alcaldía Venustiano Carranza es donde se registró el mayor número de este tipo de ilícito con el 17.3% de incidencia, Iztacalco ocupó el segundo sitio con 13% y Gustavo A. Madero con 11.7%.
Vale mencionar que el giro con mayor incidencia delictiva a nivel nacional es el minisúper (tienda de conveniencia) con 53.6%, seguido por abarrotes detallistas (tiendas de comestibles con una caja de salida) con 39.3% y el tercer lugar se ubica en muebles y línea blanca con 31.6%. En cuarto lugar, se colocó el giro de farmacias con 30%, seguido por joyerías, con el 27.3%.
Otros datos relevantes que se manejan oficialmente sobre el delito de extorsión es la hora en la que se perpetra: el horario nocturno (después de las 19:00 horas) registró el 48.5% de incidencia delictiva, el 29.4% tuvo prevalencia durante la tarde, es decir, entre 12:00 a 19:00 h, el 14.7% no recuerda y el 7.4% reportó haber sido víctima del delito por la mañana.
Una de las principales tendencias registradas en la extorsión es que el perpetrador asevera ser parte de algún grupo de la delincuencia organizada, generalmente del narcotráfico, para ocasionar mayor temor por parte de sus víctimas.
Básicamente existen tres tipos de extorsionadores: imitadores de criminales famosos, solitarios y miembros de bandas, aunque el 60% de éstos últimos corresponde a grupos delictivos no organizados. El modus operandi generalizado inicia con llamadas telefónicas o mensajes de texto e inician con la solicitud de pequeñas cantidades o mercancía. Al ganar experiencia, el perpetrador de estos ilícitos suele generar las amenazas de manera presencial y solicitar cantidades mayores de dinero. Los “profesionales” no solicitan mercancía.
El perfil del extorsionador es un hombre de 14 a 28 años en promedio, que se jacta de su inteligencia y su habilidad para amedrentar a sus víctimas.
Existen muchas formas de extorsionar, existen mil caras o métodos para perpetrarlo, pero la raíz de este delito es el miedo a enfrentarlo y denunciarlo.

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